II Pese a la evidencia
Como consecuencia de estos prejuicios y juicios estereotipados se derivan otras “conclusiones” del mismo estándar: un niño gitano no sabe….., una niña no puede….., un niño con síndrome Dow nunca podrá….., un niño del ámbito rural no llegará a….,
Fuera de estos estereotipos, la verdadera realidad es que no hay un niño igual a otro y que tampoco hay un “niño medio”. Cuando se le pregunta a una madre
que tiene dos hijos ¿ se parecen el uno al otro?, la madre contesta: ¡En nada, no parecen hermanos¡ Un profesor o una profesora tiene en su aula 25 o 30 alumnos, que son todos diferentes.
En un Centro de Salud, el médico no atiende a los pacientes en grupos de 20 ó 30, les echa un vistazo, más o menos interesado, y después receta a todos la misma medicación. Si ese imaginario continuara, puede que algún paciente reaccionara bien a la medicación, pero a la mayoría la medicación le produciría un desastre.
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