La educación es responsabilidad de todos, primero los padres, después los profesores y al mismo tiempo todos. Una educación para todos y entre todos, es la mayor responsabilidad social. El Estado es el garante de esa responsabilidad, es su OBLIGACIÓN.

domingo, 6 de febrero de 2011

Ante el fracaso escolar, responsabilidades

El sistema educativo tiene deficiencias en todos los niveles: elevadas tasas en la repetición de curso; altos índices de deserción y no titulación en la Secundaria Obligatoria; altos porcentaje de no acceso y no titulación en Bachillerato y Formación Profesional, y estancamiento o abandono en la Universidad. En todos ellos nos situamos en el 30% de media, aunque más de la mitad de los universitarios no terminan la carrera
Cifra importante hoy, y que nos asusta; pero, a nivel general, no hace muchos años, se consideraba que si el sistema educativo atendía al 80% de los niños, el sistema era bueno. Hoy hablamos del 100% de todos, muchos no estaban antes. El fracaso escolar es alto, pero siendo alto, es relativo y en todo caso no es atribuible sólo ni exclusivamente a los escolares.
Pero esta alta cifra de fracaso también muestra una paradoja: nunca hubo tantos profesores y mejor preparados, nunca hubo tantos especialistas en los centros educativos, nunca se destinaron tantos recursos a la educación, nunca la escolarización se extendió desde los 3 a los 16 años, nunca los centros dispusieron de tantos medios y nunca este país dispuso de un número tan alto de titulados superiores, el 40% entre 25 y 35 años.
Nunca tanto y sin embargo con resultados pobres ¿donde nos situamos, cómo lo analizamos? ¿Cerrar los ojos y esperar que la situación mejore? ¿Esperar a que la crisis haya desaparecido?
¿ Buscar culpables? los alumnos; que no están motivados, que pasan de todo, que no tienen voluntad ni espíritu de sacrificio; los padres, que por falta de tiempo o por falta de formación y recursos, abandonan sus responsabilidades educativas en los centros educativos y delegan en los profesores; los profesores, que ya no tienen vocación, que no están formados para atender con eficacia a estos nuevos alumnos, que ya están quemados del trabajo de cada día; los centros educativos, que parecen o centros de internamiento y de mantenimiento para los niños y jóvenes, o oficinas donde trabajan los profesores, sin dotaciones suficientes y sin autonomía para resolver los problemas de cada día; los políticos que sólo se preocupan de las elecciones para consolidar su posición de poder y poder controlar la educación; las administraciones educativas que sirven a los partidos políticos que le otorgan y controlan el poder de administrar y no de atender las necesidades de los administrados; las administraciones locales, que se ocupan de todo lo más próximo, menos de la educación, que debe estar lejos; los medios de comunicación que trasladan información interesada y crean opinión neutra, a veces contraria, y pocas veces proactiva a los fines de la educación; los empresarios, que con contratos basura empujan a los alumnos a abandonar su formación y educación; la sociedad; que permite la mala educación, y que apoya el azar, el amarillismo, el enchufismo, el consumismo exarcebado y la recompensa inmediata; los otros, que son los culpables. ¿Y nosotros? ¿Y yo?
Desde la posición de buscar culpables, no parece que vayamos a encontrar las soluciones que el sistema educativo y la educación exigen. Tampoco ninguno de los posibles culpables antes mencionados puede aportar la solución; si los otros eran los culpables, la solución está en la responsabilidad de cada uno, pero en todos de los cada uno.
La primera vía de solución, sería situar la educación en el eje vertebrador de la vida, en la primera prioridad. La educación como el valor para el desarrollo personal, para la integración social, para la democracia, para la libertad, para el empleo, para la calidad de vida.
Paradigma que tendría que estar presente en todos los ámbitos de la vida: infancia, familia, juventud, sanidad, servicios sociales, cultura, medios de comunicación, deportes, ocio; empresas, lugares de trabajo, sistemas de protección social, promoción privada, mercados, Administración del Estado.....