La educación es responsabilidad de todos, primero los padres, después los profesores y al mismo tiempo todos. Una educación para todos y entre todos, es la mayor responsabilidad social. El Estado es el garante de esa responsabilidad, es su OBLIGACIÓN.

martes, 3 de noviembre de 2015

MIRAR A FINLANDIA O MIRARSE EL OMBLIGO

En SIMO 2015, el 30 de octubre Jari Lavonen, director de la Facultad de Educación de la Universidad de Helsinki desarrolló la conferencia El profesionalismo de los docentes finlandeses se construye a través de la investigación basada en la formación del profesorado y el apoyo de la escuela.
Cuando se habla de la educación en Finlandia se producen distintas actitudes: unos profesores aprovechan para innovar en su trabajo, lo cual no significa copiar lo que se hace en Finlandia sino unir cosas a su práctica para encontrar soluciones innovadoras; otros dicen que ya están hartos de Finlandia, que les gustaría a los finlandeses ver cómo trabajarían con 30 alumnos de los cuales la mitad no quieren estudiar; otros afirman que en España hay muchas Finlandias porque hay profesores y centros que no tienen nada que envidiar a Finlandia; y algunos opinadores en las tertulias, dicen que les parece muy bien lo de Finlandia pero que en Finlandia hace mucho frío y hay `poca luz, y que aquí estamos mejor.
Algunos datos: el Gobierno y las Universidades fijan el número de estudiantes que se van a formar para ser profesores. Los estudios en la Universidad son gratuitos. Para ser profesor hay que estudiar 5 años. Se eligen a los mejores de los mejores. Los aspirantes a Secundaria, tienen que estudiar su asignatura, pedagogía, e  investigación; tienen que superar tres pruebas finales hasta el doctorado, con lo que se garantiza su papel activo en la investigación y su formación continua. Todos los centros son públicos. Los centros eligen a los mejores profesores y los Ayuntamientos los contratan.
En los centros se vive un ambiente educativo creativo, todos los profesores son brillantes para generar ideas, y  la diversidad de profesores, Pandura, genera apoyo mutuo y autoeficiencia. Hasta en seis situaciones distintas se pueden encontrar los profesores. Todos son líderes pero los mejores expertos son los que generan e involucran en la transformación.
En el centro, los profesores han de desarrollar su pensamiento creativo y crítico, por lo que han de disponer de espacio y tiempo para ello. También tiene que haber espacio y tiempo para la comunicación, para hacerse muchas preguntas, para colaborar en la búsqueda de respuestas. Es importante profundizar en los conceptos, pero tanto, el dotarse de herramientas para desarrollarlos. El contexto es importante, el personal, el social e incluso el laboral. La aptitud es definitoria, el profesor tiene que entusiasmarse con lo que hace. El profesor ha de confiar en sí mismo, dotarse de autosuficiencia.

El curriculum se revisa cada diez años y participan en la revisión y cambios, no solo los expertos en educación, los profesores o el Ministerio sino todas las organizaciones y entidades sociales y profesionales.


No hay inspectores, hay un control del trabajo y de los resultados por parte de la comunidad educativa y del Ayuntamiento.
Preguntaron al profesor Lavonen que le recomendaría al Presidente del Gobierno de España, contestó que no cambiara tanto las leyes porque no da tiempo  a que los cambios lleguen a los centros, y que los Ministros sepan de educación  y no quieran dejar su huella;  que invirtiera mucho, mucho, en la formación del profesorado y que pudieran disponer de espacio y tiempo para compartir y colaborar de forma creativa en la vida del centro. A la pregunta sobre si la religión estaba en el curriculum, respondió que estaba la educación cívica, valores y religiones, pero cada religión, luterana, cristiana, musulmana…. tenía sus espacios propios, pero no en el centro educativo.
Sí nos miramos al ombligo, el Presidente del Gobierno, en su laudatorio de balance de esta legislatura mencionó como uno de sus éxitos la aprobación de la LOMCE, una ley rechazada por el resto de los partidos políticos, por los profesores y por  la mayoría de la sociedad; la gestionó el Ministro peor valorado y por ello fue compensado con un puesto muy valorado, reconocido y mejor pagado. Un Ministro con una ley a medida para  determinados grupos e ideología, que impuso los recortes en educación, que intentaba convencernos de que con más alumnos por aula se conseguían mejores resultados ,y  que con menos dinero más eficiencia.
La educación no es la primera prioridad y eso queda  demostrado en la dificultad de armonizar un pacto social por la educación; una sociedad que  no considera que  la educación es un tesoro para el desarrollo personal, social e incluso laboral;  para el orden democrático, para la economía del país y para el bienestar de toda la sociedad, esta no es una sociedad, culta, democrática y equitativa;  también hay dificultades para lograr un pacto político por la educación; la educación la someten a la ideología, a sus planteamientos políticos, a la conquista de su dominio y poder; el poder del voto; con el  voto se puede hacer lo que se  quiera con la educación, como si la educación no fuera cuestión de Estado, de todos.

El Ministro Wert dejó la aplicación de la LOMCE como si desertara, el Ministro que le sustituye dice que no sabe de educación pero que estudiará por las noches.
En cuanto a la formación del profesorado, la formación inicial no ha mejorado o no lo suficiente, tanto en primaria pero sobre todo en secundaria; la formación permanente en esta legislatura ha casi desaparecido; Rubalcaba, que sí sabía de educación, y que ha vuelto a dar clase en la Universidad, ha reconocido que no habían acertado en la formación del profesorado; otros ni lo han intentado ni  se les espera. En los centros educativos, los profesores no tienen tiempo para analizar, compartir, innovar y  plantear soluciones a los problemas que requieren soluciones compartidas.
Vienen las elecciones generales; una oportunidad para que los partidos políticos planteen, de verdad, la prioridad y mejora de la educación; los ciudadanos también tenemos la oportunidad de elegir y de vigilar que se cumplan las promesas; pero también tenemos, cada vez, más la responsabilidad de que cuenten con nosotros para la educación, no que nos cuenten, ni que nos cuenten milongas o mentiras.