Joaquín
Ruiz Giménez, Ministro de Educación Nacional de 1951 a 1956, sacó adelante tres
leyes: la de Ordenación de las Enseñanzas Medias (BOE 27-2-1953), la de
Construcciones escolares(BOE 22 -12-1953),la de
Formación profesional (20 de julio 1956).
En
la Ordenación de las Enseñanzas Medias se pretendía: a) la extensión del Bachillerato
al menos el elemental a los españoles más aptos) el énfasis en la descongestión
del plan de estudios, que los niños y muchachos aprendan tal vez menos cosas,
pero que las aprendan mejor y que su formación sea más plena y total c) mejorar
técnicamente el sistema perfeccionando la profesorado y consiguiendo mayores y
mejores medios educativos. Algunos artículos: Art. 2 La Enseñanza Media se
ajusta a las normas del Dogma y de la moral católica y a los principios del
Movimiento Nacional. Art. 15 En la Enseñanza Media se aplicará el principio de
una educación separada para los alumnos de uno u otro sexo. Art 24 Los
Institutos Masculinos no podrán admitir inscripciones ni verificar pruebas de
alumnado femenino ni los femeninos de alumnado
masculino. En los Institutos Mixtos, la enseñanza y educación se dará
por separado a alumnos y a alumnas. Art. 27 el director tendrá tratamiento de
Ilmo.Sr. Ordenación: Primer Grado de Bachillerato: durará cuatro cursos.
No podrá comenzarse antes del año
natural en el que el alumno cumpla diez años. Se acomodará en los métodos a la
mentalidad de los escolares. Al terminar los alumnos practicarán las pruebas exigidas
por el Estado para la colocación del título de Bachiller. El Superior constará
de dos años. Ante las dificultades de la prueba de Estado se implantan las Reválidas
y la Prueba de Madurez en Preuniversitario.
En
la tramitación del anteproyecto de ley, se escenificó la lucha de las posturas
irreconciliables por el poder entre la Falange y la Iglesia, hasta más de
doscientas enmiendas se presentaron. Venció la Iglesia, porque el anteproyecto
tuvo que ser previamente consensuado con la jerarquía eclesiástica en virtud de
los concordatos con la Santa Sede de 16 de julio de 1946 “El Gobierno de España
se comprometió a no legislar sobre materias mixtas o sobre aquellas que puedan
interesar de algún modo a la Iglesia sin previo acuerdo con la Santa Sede”. El
derecho a la libertad de enseñanza era esgrimido por la Iglesia Católica frente
a las propuestas de los falangistas; y la reglamentación estatal era defendida
por los falangistas como parte de la propia soberanía del Estado “Esta
necesaria injerencia no es contraria a la libertad de enseñanza, cuando el
Estado es, como el español, auténticamente católico”. Gana la Iglesia y por
ello se produce, el reconocimiento instantáneo de los centros de la Iglesia en
el momento en que acrediten las condiciones legales mínimas, la participación
en la designación de los docentes de E. Física, Formación Política y enseñanzas
del hogar y las limitaciones a la Inspección.
No
parece que hayan pasado tantos años desde 1953 hasta hoy si consideramos
algunos indicadores. En la tramitación de la LOMCE, no se presentaron datos, se
planteó una posición de poder del partido de mayoría absoluta y de la Iglesia
Católica frente a los demás. Como en 1953, el Ministro Wert, cumpliendo con el
concordato, ya no el actual de 1979, sino los acuerdos de 1946 y el que se
estaba gestionando en 1953 durante la tramitación de la ley de Enseñanzas
Medias, consensuó con la Conferencia Episcopal, a hurtadillas y con
nocturnidad: la religión como evaluable, la desaparición de educación para la
ciudadanía, los conciertos desde la colocación de la primera piedra, la
subvención a centros que separan por sexo..
La
libertad de enseñanza se plantea hoy por parte de la Iglesia, por parte de los
padres católicos y por parte del Partido
Popular como una opción frente a Estado, pero el Estado no es la Falange ni el
Movimiento; es un Estado democrático y por lo tanto responsable de devolver a
los ciudadanos lo que pagan con sus impuestos y una de las deudas más
importantes es la educación. Pero una educación sin privilegios y sin
exclusiones ni para las familias, ni para las ideologías partidistas mi para la
Iglesia Católica, ni para los alumnos y alumnas. Los que piden la libertad de
enseñanza, no quieren que la educación sea igual para todos, no quieren que los
demás lleguen a ser como ellos; ellos quieren mantener sus privilegios.
Incluso, Esperanza Aguirre, deduce de impuestos a las familias que llevan a sus
hijos a centros privados porque no “consumen educación” pública. ¿Llegarán a
pedir deducción de impuestos porque no utilizan el metro porque sólo usan sus
automóviles propios? Los que piden libertad de enseñanza, se enfrentaron a la
educación de la ciudadanía, porque “adoctrinaba” a sus hijos ¿la asignatura de
religión no adoctrina, no es catequesis? Mi libertad.
Por
la coyuntura política, cada día se habla más de la reforma de la Constitución;
se recuerda que la Constitución entró en vigor el 29 de diciembre de 1978 y que
a los seis días, el 3 de enero se firmaron los Concordatos con la Santa Sede.
Sí Franco fue el que solicitó la firma del Concordato a la Santa Sede para su
consolidación internacional, su capacidad para nombrar Obispos y para poder
entrar bajo palio en las iglesias a cambio de un serie de privilegios para la
Iglesia concordante ¿Porqué las prisas en 1979? Por miedo a perder el poder, o
por pago de concesiones.
¿Interesa
la educación, la mejora de la educación o el poder? El poder. Se utiliza la
educación como instrumento de poder, por lo tanto de privilegios.