La educación es responsabilidad de todos, primero los padres, después los profesores y al mismo tiempo todos. Una educación para todos y entre todos, es la mayor responsabilidad social. El Estado es el garante de esa responsabilidad, es su OBLIGACIÓN.

viernes, 10 de octubre de 2014

SIN DATOS NO HAY EDUCACIÓN (I)

Uno de los indicadores negativos del estado de la educación en nuestro país es la falta de datos; lo cual tampoco significa que en los centros educativos y en las administraciones educativas no se consuma demasiado tiempo en una  burocracia de almacenamiento; pero con escaso tiempo y dedicación para analizar, tomar decisiones, planificar, e incluso, legislar.
Con demasiada frecuencia se manejan datos inferidos y esta situación se mantiene desde tiempos pasados y pese las tecnologías y digitalización en uso del día a día.
 En la ley Moyano, de 1857 se “tomaron datos”: una población de 15 millones, con el 75% de analfabetos, con dos millones y medio de jornaleros, con doscientos setenta mil “pobres de solemnidad”.
En la ley de Enseñanza Primaria de 1945, publicada, como no, en el BOE del 18 de julio, emanada en un contexto de nacional catolicismo, no hay datos, o mejor no saberlos; pero a falta de datos  hay ideología dura, no digo pura, y abundante;  cargas profundas, que puede que nos parezcan inverosímiles pero que también pueden estar vigentes o en la raíz de medidas actuales: “La etapa republicana de 1931 llevó a la Escuela una radical subversión de valores. La legislación de este período puso su mayor empeño en arrancar de cuajo el sentido cristiano de la educación y la Escuela sufrió una etapa de influencias materialistas y desnacionalizantes que la convirtieron en campo de experimentación para la más torpe política, negadora del ser más íntimo de nuestra conciencia histórica… Por estos motivos, el Movimiento Nacional desde el instante mismo en que se inició, consagró su más decidida voluntad a restaurar en todo el ámbito de nuestra enseñanza, y muy singularmente en la educación primaria, la formación católica de nuestra juventud”. Pasado el tiempo ¿algo sigue vigente y se mantiene en las sucesivas leyes educativas?
“Los principios fundamentales de la Ley: el primero y fundamental, el  religioso. 2º.- La Escuela en nuestra patria ha de ser esencialmente española. La ley se inspira en el punto programático por el que se supedita la función docente a los intereses supremos de la patria. 3º.- La educación social, imprescindible para la función del ciudadano. 4º.- La educación física, necesaria para el desarrollo fisiológico del escolar y como instrumento de formación intelectual y moral. 5º.- La educación profesional con la que se rompe el viejo concepto de nuestra primera enseñanza, circuida en el recinto estrecho de la instrucción elemental para enlazarla con la iniciación del alumno en lo que ha de ser su vida futura: la superior formación intelectual o el ejercicio de las actividades agrícolas o industriales” ¿Se ha roto el viejo concepto de la enseñanza primaria? ¿la iniciación en formación profesional de la LOMCE es muy distinta? 
Hay más perlas “por razones de índole moral y de eficacia pedagógica, la ley consagra el principio cristiano de la separación de sexos en la enseñanza” “la escuela de párvulos podrá admitir niñas y niños cuando la matrícula no permita la división por sexos, a partir del segundo período, 4-6 años, las escuelas son de niños o de niñas en locales distintos y en su caso de Maestros o Maestras respectivamente. Las escuelas de Párvulo y Mixtas serán siempre regentadas por Maestras”
El principio cristiano de la separación de sexos ¿está vigente?  ¿hay razones de índole moral para mantenerlo? ¿la eficacia pedagógica de la separación de sexos está avalada por la comunidad científica?
¿Cuál fue la razón por la cual el Ministro Wert incluyó en una ley Orgánica la subvención a los centros concertados que separan por sexo? ¿Fue para anular las sentencias judiciales que lo impedían? Sí era ilegal, se cambia la ley, ya es legal.
A veces pensamos que algunas medidas en educación provienen de ocurrencias de algunos o de algunos “enterados”, pero la mayoría de ellas responden a criterio, tienen su raíz y justificación.

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