Las leyes educativas y decretos casi siempre se quedaban en impactos, y al poco tiempo se volvía a la rutina del día a día; los cambios o no llegaban, o se quedaban en las dependencias de
Es
cierto que la LOGSE
no se desarrolló del todo; las medidas no se acompañaron de los presupuestos
correspondientes y se dejó mucho en manos del voluntarismo; sus mentores se
equivocaron al pensar que como era buena ya no se necesitaban planes
estratégicos para su desarrollo; se encomendó “su venta” a asesores y equipos
externos a los centros, en vez de trabajar con directores y profesores líderes;
no se tuvo en cuenta, ni midió, la resistencia de los profesores de
Bachillerato; no se alcanzaron los
acuerdos necesarios con los sindicatos; tampoco se trabajó lo suficiente con
las asociaciones de padres; y a nivel social y en los medios de comunicación
había más confusión y desinformación que análisis, adhesión y colaboración.
Los
detractores de la LOGSE ,
aún en tiempos de la LOE
siguiente, perseveraban en sus ataques. achacándole todos los “males” no solo
de la educación de este país sino del país.
El
impacto más significativo se produjo con las Propuestas del PP para la Reforma y Mejora de la Educación en España.
Ante la propuesta del Ministro Ángel Gabilondo de un Pacto Social y Político por la Educación , el PP
presentó su programa de Gobierno para ganar
las elecciones. Algunos analistas y comentaristas se apresuraron a valorar su realismo y que
sería muy difícil no aceptarlas. Impacto porque se presentó en Toledo, la del
pacto, y porque en la fotografía estaban Esperanza Aguirre, Ministra de
Educación que quiso cambiar la ley vigente con la Reforma de las
Humanidades, Mariano Rajoy, que como
Ministro de Educación, concluyó las transferencias en educación a las
Comunidades Autónomas ¿lo haría hoy?,Pilar del Castillo, Ministra de Educación
de la LOCE , y
Dolores de Cospedal, en su Toledo, que
dijo, en el tono de otras “verdades” que la LOCE había sido la ley educativa que había
logrado el más alto nivel de consenso. Demasiado Equipo para un simple pacto.
El Pacto.
El Ministro Ángel Gabilondo había propuesto un Pacto social y político por la educación como cuestión de Estado, no para la legislatura, no para las elecciones, no del Misterio, no del Gobierno, no del PSOE. En su inicio tenía 6 Capítulos y 104 propuestas, en las sucesivas reuniones se fueron asumiendo propuestas, hasta las 137, el 22 de febrero, y 148 en abril.
El
documento se aprobó, solo quedaba su firma; pero la noche fue larga y los
poderes del PP ante los vientos de cambio en las elecciones, apostaron por el
no, para hacer su ley sin pactar con nadie. Pacto se mueve en los entornos de
convenir, acordar, concertar, estipular, contemporizar, transigir, ajustar,
negociar, avenirse, compartir Por lo
tanto incorporar e integrar propuestas; que en ese momento dejan de ser de uno
y ya son de todos. Por ello no vale, en un pacto, el proclamar que cuando se
aceptan las propuestas de uno, que éste afirme que han copiado lo que él había
propuesto. El señor Rajoy dijo que el Ministro de Educación era un tipo serio; aunque sea Catedrático de
Filosofía, no es tan serio; pero sí se ha tomado el Pacto en serio. Políticos
avezados en la política con minúscula, le tildaron de ingenuo por fijarse objetivos
y plazos ¡cuánta de esa ingenuidad hace falta en la vida política¡
La
LOMCE, el gran trabajo de Wert, para conseguir el destino dorado en París,
compartiendo piso y destino con su pareja de trabajo y de hecho, Montserrat Gomendio, y que tanto caos y desajustes ha
producido en la educación de nuestro país, sigue quemando bajo el suelo y se mantiene
desarrollándose sin rubor, con las reválidas, aunque devaluadas, con la
religión como evaluable ante las becas y selectividad, obviando la educación afectivo
sexual y la violencia de género, abriendo los itinerarios para ocultar el fracaso
y el abandono, con el concierto de los centros educativos que separan por sexo,
con el veto a la educación para la ciudadanía…. y mientras se está reuniendo la
Subcomisión de educación en el Congreso.
Wert
compareció ante la Subcomisión. Presentó los datos positivos de la LOE; como si
fueran los de la LOMCE, aunque no se habían producido; más vale enterrarlos en
el olvido, y que el tocón y el cepellón sean extirpados. Wert dijo que había
aumentado las becas, cuando las cifras demuestran lo contrario y aunque le
dijeron que nunca llamarían a un pirómano para apagar el fuego y que no vuelva
a poner sus manos en la educación, ante un torrente de descalificaciones,
reaccionó como morlaco afeitado” no me siento desacreditado por nada”.
La
Subcomisión prorrogó sus trabajos otros seis meses y siendo muy optimistas la
nueva ley, entraría en vigor en el curso 2019-2020; mientras tanto la LOMCE
camina impasible ante la falta de reacción e impacto, con la pasividad y el
desinterés de la sociedad.
El
impacto inicial de la Subcomisión, agostó en el verano; el escepticismo crece
entre los profesores y la educación vuelve a donde está, no es una prioridad
para los españoles.
Todos somos responsables en educación, no sólo
los alumnos, los profesores, y los padres, ni tampoco los partidos políticos,
es la sociedad civil, la sociedad toda, la que ha de cuidar el tesoro de la
educación. Un tesoro que es la base de la sociedad, una sociedad libre y
responsable, con el capital social que promueve su bienestar, una educación de
todos para todos, para el desarrollo personal y social de cada uno.
Tesoro que es más importante en momentos de
encrucijadas y cambios en los que la globalización y la digitalización pueden crear
nuevos guetos de exclusión y mayores diferencias.
Si en
estos momentos cruciales no somos capaces ni de pactar ni de llegar a acuerdos
en educación; somos un país y una sociedad con graves problemas, no solo en
educación.
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